Autor: Luis Miguel López Ruiz

Hace justo un año, seis colegas nos liamos la manta a la cabeza y pusimos rumbo a Berlín para cumplir el sueño de toda la vida: ver a España en la final de la Eurocopa.

Salimos desde Lorca a Alicante en coche un viernes a las 16:00 de la tarde y una vez en el aeropuerto de Alicante nos encontramos con tres horas de retraso, pero ya sabéis… a problemas, soluciones: más birras al cuerpo y a seguir con la ruta.
Vuelo a Memmingen (que no sabíamos ni que existía) y de ahí coche de alquiler hasta Berlín. Para que os hagáis una idea: como si aterrizas en Teruel y el partido se juega en Huelva. Pero vamos, cuando España juega una final, te da igual si tienes que cruzar Europa entera.

Dormimos (más bien lo intentamos) en Wilkau-Haßlau, un pueblo perdido en mitad de Alemania con nombre de contraseña de WiFi.
Pero da igual, la cabeza ya estaba en Berlín y el corazón iba a mil.

La previa fue una auténtica locura:
gente de toda España —gallegos, murcianos, valencianos, catalanes, andaluces, vascos…— todos a una, cantando, bailando y brindando con cerveza… que volaba tanto bebida como por los aires.
En medio de la fiesta, alguien pone La potra salvaje y aquello se convierte en una rave patriótica.
Y como si no fuese suficiente, ese mismo día gana Alcaraz Wimbledon, lo celebramos en el corteo como si hubiera metido el gol de la victoria en el 90’. España estaba en llamas. Y nosotros también.

Entrar al estadio fue otro nivel. Nos miramos los seis, sin decir ni una palabra, pero todos pensábamos lo mismo:
“Pase lo que pase, después de esto, ya hemos ganado.”

Y era verdad. Porque el resultado es lo de menos cuando lo que te llevas es un viaje así, con tus amigos, con tu país en el alma, y la sensación de estar viviendo algo que no se te va a olvidar nunca.

Cuando acabó, volvimos del tirón esa misma noche, con la adrenalina aún a tope, cantando por la autopista alemana, reventados pero felices.

Un año después, ya como parte de la Peña Furia Española, sabemos que ese viaje no fue solo fútbol.
Fue amistad, locura, pasión, orgullo, y un recuerdo que llevaremos siempre dentro.

Nos volveremos a liar. Seguro.
Donde sea, cuando sea… porque cuando juega España, la Furia se activa. 🔥🇪🇸